lunes, 10 de diciembre de 2012

CARLOS CALAMITA RUY-WAMBA


Carlos Calamita Ruy-Wamba fue el primero de los hijos de Enrique Calamita Matilla, fundador y propietario de Heraldo de Zamora.
Nació en Zamora y cursó estudios de derecho en la Universidad Central de Madrid, licenciándose en 1911.
En 1913 es nombrado inspector auxiliar interino de primera enseñanza.
Más tarde, ingresa en la carrera judicial por oposición, que le lleva a desempeñar su trabajo en diversos destinos como Benavente, Castrojeriz, Peñaranda de Bracamonte, Nava del Rey, Segorbe, Medina de Rioseco, Medina del Campo, Soria, Palencia y Albacete destacando por su extraordinario espíritu de justicia que le hace acreedor de un gran prestigio entre la profesión.
Cuando estalla la guerra civil desempeñaba su cargo en el Juzgado de primera instancia e instrucción número 9 de Madrid, siendo detenido y encarcelado.
Logra escapar de prisión y se refugia en la embajada de Noruega, desde donde pasa a la zona nacional.
En calidad de Magistrado en 1938 reanuda su carrera judicial siendo destinado a Cáceres, Palencia, Valladolid Guadalajara y finalmente a Madrid a la Sala Tercera de lo Civil.

Fue autor de varios libros, entre los que destacan la novela Los inútiles, Las curiosidades históricas de Zamora y Figuras y semblanzas del Imperio.

Durante su etapa juvenil colabora a menudo en Heraldo de Zamora.
Fruto de estas colaboraciones mantiene duros enfrentamientos con Constancio Arias, director de El Correo de Zamora, algunos de ellos ya relatados en este blog.

La publicación del artículo Epicúreo y Malandrín llevá a Constancio Arias a interponerle una demanda por un presunto delito de injurias graves.

Fallece en Madrid el 13 de septiembre de 1956 y sus restos fueron trasladados al Cementerio de San Atilano de Zamora dónde recibieron cristiana sepultura.





El día en la Audiencia.

Ante un público selectísimo y numeroso que llenaba por completo la sala de actos de nuestra Audiencia, ha continuado hoy la vista del proceso seguido contra don Carlos Calamita y don Francisco Alfonso por el supuesto delito de injurias seguido a instancias de don Constancio Arias Rodríguez, ex-director de El Correo de Zamora, diario tradicionalista y con censura eclesiástica.

A las once de la mañana el señor presiente concedió la palabra al defensor de don Carlos Calamita y representante del responsable civil subsidiario.

El señor Cotrina

Ha invertido toda la mañana en informar en derecho ante la Sala, demostrando hasta la saciedad que el asunto debatido no constituía delito, ni por tanto podía derivarse de él responsabilidad de alguna clase.
Don Andrés Cotrina Ruy Wamba ha patentizado hoy ante la Sala que ha estudiado el asunto con observación indiscutible y que le permite traer a la vista la convicción de sus opiniones.

La hermosa oración forense del notable letrado cansó honda impresión en el auditorio, y prometemos a nuestros lectores dársela a conocer mañana, cuando nos lo permitan las tareas del periódico.

Entre tanto, creemos un deber informativo hacer constar que al abogado de don Carlos Calamita se le acercaron esta mañana infinito número de personas para estrechar su mano y felicitarle efusivamente por el brillante informe que había pronunciado.

A la una de la tarde, el cansancio y el agobio sentido por el orador que no hace mucho estuvo postrado en cama por grave dolencia, le obligaron a pedir a la Sala que suspendiese el acto.
Muy deferente la presidencia accedió a ello.
Y así pues, esta tarde a las cinco continuará en el uso de la palabra el señor Cotrina.

Heraldo de Zamora, 27/10/1913

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