miércoles, 25 de julio de 2012

¡YA PARECIÓ AQUELLO!

A las ferias de Benavente de 1913 asistirá Juan Petit, quien firmará sus crónicas con el seudónimo de Un Anciano.
Los cinco toros de Carreros lidiados fueron «finos, bien presentados y resultaron nobles en todos los tercios. Mataron doce caballos.»
Punteret fue muy aplaudido, estuvo valiente, trabajador y acertado con el estoque.
La entrada, regular, sin duda por la copiosa lluvia acontecida a lo largo de toda la mañana.


CAIRELES Y PITONES

¡Ya pareció aquello!

Al fin, y por una verdadera coincidencia, es en nuestro poder un programa oficial de la gran corrida de toros que se ha de celebrar en Benavente el día 8 del próximo Septiembre.

Tan importante documento contiene, entre otros particulares, los siguientes:

Se picarán, banderillearán y serán muertos a estaque cinco hermosos toros de cuatro años, de la acreditada ganadería de don Juan Manuel Sánchez, de Carreros, con divisa blanca y negra, por el valiente y aplaudido espada Juan Cecilio, Punteret, con la siguiente cuadrilla:

Sobresaliente de espada: Antonio Álvarez, Morenito
Picadores: Vicente Blanes, Ronquillo; José Codes, Melones, Y Joaquín Collado, Jardinero.
Banderilleros: Rafael Bejarano, Pataterillo; Federico Bizoqui; Francisco García, Fresquito; Manuel Molina, Lagartijo III, y un puntillero.

Los precios son sumamente económicos, tres pesetas tendido de sombra y una setenta y cinco el de sol.

Con ser modesto el programa, supone cierto esfuerzo por parte de la Empresa y determinados sacrificios que, dada la pequeña cabida del circo benaventano, la afición debe estimarlos en lo que valen.

Los bichos que se han de lidiar pertenecen a una vacada de honrosísima historia porque su dueño, el popular charro Juanito el de Carreros, es uno de los criadores de reses bravas más concienzudo y escrupuloso; sin temor a que nadie me desmienta, puedo afirmar que la divisa blanca y negra es una de las que menos ensuciaron los palitroques del tuesten.

El matador, ¿quién no lo conoce? Punteret es un muchacho pundonoroso, excelente torero de buena escuela y con muchos riñones.

De la gente de aúpa no necesito hacer elogios: Melones, Ronquillo y Jardinero tienen bien ganada fama de varilargueros que pegan de verdá y como los cánones taurinos preceptúan.

Entre la gente de a pie tenemos un Pataterillo de chipén, a Fresquito y Bizoqui, dos guapos chicos tan trabajadores como habilidosos, y, por último (aunque es de los primeros) al sobrino del inolvidable califa cordobés, al simpático Maoliyo.

Si, pues como es de esperar, los carreros «se traen lo suyo», asistiremos a una fiesta brillante y pródiga en faenas artísticas.

Por anticipado envío la enhorabuena a la afición y la Empresa; no se puede exigir más.

Ahora, como dicen los almanaques: Dios sobre todo!

Un Cojo sin muleta.
Heraldo de Zamora, 28/08/1913

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