lunes, 23 de julio de 2012

BELMONTE NO TOREARÁ EN SALAMANCA

Juan Belmonte atraviesa durante la temporada de 1913 un delicado estado salud que le viene impidiendo desde el mes de junio cumplir con los espectáculos contratados.
De hecho no reaparece hasta el 5 de octubre en Jerez y once días después, tomará la alternativa en Madrid de la mano de Machaquito que ese mismo día y sin previo aviso se cortaría la coleta.

La promoción de la corrida de Salamanca obtiene grandes elogios por parte del comercio salmantino, algunos de los industriales como la joyería de Germán Benito, el hotel-restaurant y café El pasaje, el hotel Términus o la Fonda de la Estación no dudan en publicitarse a través de Heraldo de Zamora, para conseguir atraer la presencia de los numerosos zamoranos que se prevén asistan a las ferias.



CAIRELES Y PITONES

El Timbalero, mi queridísimo amigo, que tiene motivos mas que sobrados para conocer la verdad de cuanto se relaciona con el cartel de toros, afirma en El Adelanto de ayer, que en el caso (oficialmente nada sabe la Junta) de no tomar parte Juan Belmonte en la corrida del día 13, será sustituido «tan admirablemente, que la afición saldrá ganando, y, desde luego, complacida.»

Dice más el saladísimo revistero, que «la Junta ha de servir un sustituto colosal, tan excelentísimo torero o más que Belmonte»

Y como repito, Pepe sobe lo que se dice y preside esa Junta persona tan activa y entusiasta como lo es don Hipólito Montero, no tiene por qué alarmarse la afición: la corrida resultará de primísimo cartello, un verdadero acontecimiento taurino.

Dispóngase, pues, los aficionados zamoranos a trasladarse ese día a la ciudad del Tormes, que con el atractivo de presenciar notables faenas y disfrutar de las indiscutibles ventajas que para el hospedaje ofrecen dos acreditadísimos hoteles como lo son El Términus y la Fonda de la Estación, se prepara una juerguecita de esas de feliz y eterna recordación,

Viaje cómodo y barato, comer bien y a precios sumamente económicos y como postre que se nos sirva una brillante corrida, es una ganga que sólo y por excepción, puede aprovecharse en contadas ocasiones.

Esta que se nos depara la «pintan calva», pero no duden mis queridos paisanos, que pasaremos «al pelo» unas horas deliciosas en la ciudad vecina.

Nuestra cofradía en nada ha de envidiar a las del gran Maestre Martínez.

Vengan suscripciones de «hermanos» y ¡A Salamanca!

¡A los toros!

Un Cojo sin muleta.
Heraldo de Zamora, 23/08/1913

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