miércoles, 30 de mayo de 2012

RUFINO SAN VICENTE

Antolín Arenzana, Recajo (1884-1925), fue un valiente novillero bilbaíno que en febrero de 1913, en la plaza de toros de Bilbao, toreando reses de Amador García junto a Zacarías Lecumberri sufrió una tremenda cogida, aunque los médicos le salvaron la vida, nada pudieron hacer para evitar la amputación de la pierna derecha que a los pocos días se gangrenó.

El 2 de junio de 1913 en Bilbao, y tras suspenderse por la lluvia el día anterior, se celebró una corrida de toros a beneficio de Recajo. En ella toman parte Cocherito, Chiquito de Begoña y Torquito, todos de manera gratuita. El beneficio obtenido fue de unas 15.000 pesetas, según La Correspondencia de España, al que hay que añadir unas 6.500 pesetas que se obtuvieron en la corrida durante los brindis y la colecta.
Se vivieron momentos muy emotivos, y el publico, al finalizar la corrida tributó una sentida ovación a Recajo.

En septiembre de 1912, Recajo, sustituyendo a última hora a Muñagorri como sobresaliente acompañó a Chiquito de Begoña en la feria de Benavente. En la crónica de la corrida, resumía Un Cojo sin muleta, la faena de Recajo de esta manera:

«Recajo, hecho un hombre con el capote, decentito con los palos y acertadísimo con la muleta y el pincho, siendo sacado en hombros.»





CAIRELES Y PITONES

Rufino San Vicente.


La Prensa madrileña publicó ayer extensas informaciones de la corrida de toros celebrada en Bilbao a beneficio del infortunado novillero Antolín Arenzana, Recajo.
Galantemente se brindaron a despachar las reses de Anastasio Martín, Cocherito, Chiquito de Begoña y Torquito, los tres matadores bilbaínos.

Veamos ahora lo que dice La Correspondencia de España, del valiente y arrojado diestro Rufino San Vicente.

En el segundo toro, Begoña, de lila y oro, brinda y empieza con pases que son coreados con olés, luchando con el viento, y, entrando recto, deja una estocada hasta el puño. (Ovación)
Sale el quinto, Rufino da lances adornados, verónicas y navarras siendo muy aplaudido.
Chiquito de Begoña, coge los trastos y pasa solo, entre los pitones, dejando una estocada perpendicular, media buena y otra media.
Repite con otra media superior, que mata.

Esta labor la realizó el lunes el inteligente torero bilbaíno Chiquito de Begoña, contratado para pasaportar en Zamora con el indio Gaona, los seis archisuperiores y monumentales toros que manda el conocido ganadero y querido paisano don Santiago Neches.

Y ahora que hablo de mi estimado colega don Santiago he de comunicar a los aficionados que el simpático ganadero ha vendido, y ayer recibió firmado el contrato, tres hermosos toros que con igual número del señor marqués de Villagodio, se lidiarán en Castrourdiales el día 29 de Junio; y ayer mismo recibió también carta de Medina de Rioseco, pidiéndole reses para jugarlas el día de San Juan.

Rufino San Vicente, que siente singular cariño por don Santiago y en más de una ocasión así se lo ha demostrado al revistero, viene a nuestra capital dispuesto a poner cátedra en el ruedo del circo taurino y demostrar que tiene reaños y corazón para mandar al desolladero, de forma magistral y como lo exigen los cánones taurómacos, los tres morlacos que le correspondan.
Los chicos tienen amor propio, y trabajarán ese día como las propias rosas.
La corrida va a resultar de chipén, y sino, al tiempo.

La caravana del HERALDO DE ZAMORA, o sean los diez lectores, que asistan gratis al festival taurino, refresquen espléndidamente, en el chalet del paseo Avenida de Requejo, tomen vermouth en el Bar Águila Negra, concurran al cine Buenaventura y sean trasladados a la plaza de Toros en la magnifica jardinera que a nuestra disposición ponen los hermanos Pepe y Tomás Gómez Pintas, tendrán en el circo sitio de preferencia y muy próximo al anillo, para poder admirar de cerca las proezas que realicen los dos matadores.
Y por hoy, no va más.

Un Cojo sin muleta.
Heraldo de Zamora, 05/06/1913

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