martes, 6 de marzo de 2012

MARIANA Y EL HERALDO

Desde el mes de abril de 1912, el Heraldo de Zamora viene difundiendo a través de sus páginas noticias acerca de un fenómeno prodigioso que sucede en una aldea portuguesa, cercana a Miranda de Douro, en la frontera de Portugal con Zamora.

En Pova, una niña, Mariana Dos Ramos Joao, afirma que la Virgen se le ha aparecido en varias ocasiones. Numerosos peregrinos se dirigen a la aldea con el objeto de recuperar la salud perdida, pues la tierra donde la Virgen se apareció y el agua de un pozo cercano, obran milagros.

La curiosidad que dicho fenómeno despierta entre la gente, motiva que el Heraldo anuncie que enviará a sus dos populares reporteros, J. Puyitas y Un Cojo sin muleta, a la aldea portuguesa con el fin no sólo de relatar lo que allí acontece, sino de encontrar un milagro para sus vidas.

Seremos, a través de las crónicas, testigos de excepción de un tiempo pasado, donde minuciosamente nos relataran el viaje desde Zamora a la aldea portuguesa y del cuadro costumbrista que allí se encuentran en los albores del siglo XX.



MARIANA y el HERALDO


En vista de la sensación que en el público producen todos cuantos detalles se relacionan con la niña de Pova, en nuestro interés de dar a los lectores una información completa de cuanto a Mariana se refiera, estamos actualmente organizando una expedición de redactores que visiten a la filia de Manuel.

Para ello armonizamos el interés del periódico a la par que la conveniencia de los redactores. Y así, pues, saldrán de Zamora para Pova nuestros compañeros Un cojo sin muletas y J. Puyitas, que al mismo tiempo que nos describen las incidencias del viaje y la estancia en los dominios republicanos salutíferos merced a la gracia de la niña, aprovecharán la ocasión el primero para pedir a Mariana el santificante honor de regresar a estos lares sin el impedimento físico que justifica el pseudónimo; y J. Puyitas el anciano, la merced, fuera del alcance de los específicos de volver a peinar canas en su cabeza, que actualmente se encuentra alba y sin pelo.

Nuestros compañeros de fijo harán una información digna de la causa que les lleva a Pova. J. Puyitas echará pelo y en cuanto al Cojo sin muleta, bien podemos afirmar que en plazo corto ostentará su garbo sin esa marcha defectuosa que en la actualidad le caracteriza. Porque es lo que decimos ahora en el HERALDO ¡de menos nos hizo Dios!

Mariana otorgará a nuestros compañeros el señalado favor que van a pedirla, toda vez que él bien puede ser base de una propaganda eficaz que desde el HERALDO la hacemos; aunque casi, casi, no la necesita la filia de Manuel, según la cantidad de enfermos que todos los días trasladan a Pova los Pintas, padre e hijos, a quienes se puede decir que ha venido Dios a ver con estas cosas.

Ricardo Pintas, el padre, está obsequiosísimo con Marianita y continuamente se desvive por agasajarla, habiendo sido ayer portador de un encargo de rebojos y amarguillos que de la Suiza tenia pedidos la niña. Este conocido mayoral será quién presente a los redactores del HERALDO a Marianita, inocente portuguesa que da a las tierras y a las aguas virtudes portentosas como justifican cuantos vuelven de visitarla.

Ayer por ejemplo, entre los viajeros que regresaron de Pova tuvimos el gusto de hablar en la administración de Ricardo, el hijo de Pintas, con María Cruz Vivas, vecina de Olmedo (Valladolid), que trae unos pendientes de oro, sencillísimos, que por otros de mayor valor y que tenían un esmalte de la Purísima se los cambió la niña de Pova.

A pesar de valer más aquéllos, dice la Vivas -la Vivas no es la Mariana- me costó mucho trabajo conseguir que la niña me los cambiara. Rogada insistentemente y como la filia de Manuel no habla casi, se quitó estos pendientes y me pidió los míos. Yo entonces tuve una gran alegría, porque los pendientes éstos, yo estoy segura que valiendo menos que los míos, son una joya de valor inestimable por haberlos usado Marianita que me dijo después, en portugués:

-No quería cambiarlos, porque eso es cosa de gitanos, pero ya que te empeñas no te desairaré.

En fin, que cuantas personas vuelven de Pova no traen más que noticias de todas maneras transcendentales, que sirven para hacer llegar al espíritu de las gentes una historia sencilla que aumenta el número de visitantes con gran contentamiento de los Pintas, que no tienen coches con que servir las demandas, de la niña de Pova, de Marianita, que toda ingenuidad facilita a los enfermos panacea que alivie sus dolores, y por último con satisfacción nuestra que ello nos brinda ocasión de comunicar a los lectores noticias estupendas en medio de las diarias tareas sin atractivo.

Impuestos de la certeza del aforismo que viene en los anuncios de los chocolates: Probad y os convenceréis, en cuanto J. Puyitas y el Cojo sin muleta regresen de su viaje, al tanto de las virtudes sorprendentes de Mariana, daremos nuevas noticias a nuestros lectores.

Heraldo de Zamora, 19/06/1912

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