martes, 27 de diciembre de 2011

CONTESTANDO A ESE

Una vez que ha fracasado la sublevación de los realistas portugueses contra La República, El Correo de Zamora intensifica sus ataques contra El Heraldo de Zamora, que durante los últimos días se ha destacado como un firme defensor de la República Portuguesa, rechazando cualquier ayuda que desde España se pudiera prestar a los monárquicos portugueses descontentos. Y no ha dudado en criticar de forma inflexible la linea editorial de El Correo, simpatizante con los conspiradores realistas.

Francisco Alfonso, ya como director de El Heraldo, contesta desde las páginas del periódico un articulo publicado el día anterior en El Correo de Zamora. En dicho artículo El Correo acusa al propietario del Heraldo de no cumplir con su deber como funcionario del estado. Además arremete contra Francisco Alfonso menoscabando su representatividad como director al sugerir que es un testaferro de Enrique Calamita.
Francisco Alfonso se defiende señalando que ni siquiera cuando era pequeño prestó atención “...a don Jenaro saludando, ni a don Nicanor tocando el tambor.”, en alusión a unos conocidos juguetes de la época, don Nicanor tocando el tambor consistía en un muñeco con aspecto de payaso con un silbato en su parte trasera y un hilo en la parte posterior que al tirar de él bajaba los brazos del muñeco, haciendo que dichos brazos tocaran el tambor, de este modo utilizando el silbato y el tambor del juguete podían interpretarse conocidas melodías.

En su defensa se compara con Luis Chaves Arias, ilustrado cofundador de El Correo de Zamora, y una de las personas mas relevantes de la política y cultura zamorana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Y no duda en lanzar sus dardos envenenados contra el concejal Laureano Alonso, propietario de un almacén de ultramarinos, reconocido carlista y durante algún tiempo administrador del periódico, que aspira a su reelección en las próximas elecciones municipales a celebrar el 12 de noviembre de 1911.

En cuanto a la acusación de testaferro, Francisco Alfonso acude para su defensa a vindicar su larga trayectoria en el periodismo zamorano, tan larga como es la del periódico que ahora dirige frente a la convulsa conducta de Constancio Arias, que abandonó el seminario y de quien no guardan buenos recuerdos en la redacción de El Porvenir de Valladolid.


CONTESTANDO A ESE

El Correo de Zamora de ayer nos dedica un articulo, "¡Basta de supercherías!", saturado de bobadas y mentecateces, a las que no podemos contestar porque sería descender al nivel del autor irresponsable de semejante escrito desarrapado, insulso, tonto y ridículo.

Ahora, solo por lo que se refiere a mi persona no quiero pasar desapercibida aquella terminación canallesca donde aludiéndome se dice que en El Correo siempre se da la cara. Sinceramente yo así lo creo, pero se necesita tupé para hacer esa afirmación tomando la cara de Constancio en serio. Ella no me sirve. Jamás cuando chico entretuve mis ocios, ni prestó mi espíritu atención a don Jenaro saludando, ni a don Nicanor tocando el tambor.

Hoy, hecho hombre, los peleles me inspiran lastima.

Soy persona de tanto peso como don Luis Chaves Arias, y de la misma lógica que el jefe provincial carlista; pero de más elocuencia que ciertos tenderos de ultramarinos concejales del partido, que, si serán íntegros y fieles a la causa, que en el asunto de los Consumos le dieron codillo a don Jaime y a la tradición, por aquello acaso -por esto sólo pudo ser- de que al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.

Verán ustedes como ahora los hombres de El Correo, porque éstos si son hombres, resultan para la publicación de la censura eclesiástica indiscutibles, inviolables e intangibles. El testaferro, claro está que es para las ocasiones, y responde SIEMPRE; -dice él- aunque nosotros suponemos que siempre que le llaman, pues otra cosa es una grosería impropia de persona que se precia de algo, aunque esto sea tan poco como ser carlista desde hace dos años y medio solo.
Yo, al fin y al cabo, soy conocido en Zamora y toda la provincia, contando una historia de integridad al periodismo tan larga como es la del HERALDO. En cuanto a ti, de Herodes a Pilatos has vagado sin que posible sea conocer tus antecedentes. Por vagar tanto dicen los que te conocen, que desde Valladolid, donde ahorcaste los libros de seminarista, has caído en Zamora para mayor gloria de la causa del bacalao y de los pimientos morrones, mercancía cubierta con el trapo del carlismo.

¿Te haces cargo; compañero insigne, que huyes el bulto y no aceptas los retos como el que te hice no ha mucho con motivo de otra provocación análoga?
Para terminar; porque tú no mereces ni la tinta que estoy gastando; he de decirte que informes míos pueden darte en Zamora todos los vecinos, en cuanto a ti, yo conozco los que en la redacción de El Porvenir, de Valladolid facilitan, y los que personalmente pueden ofrecer los señores Misol y Santander de aquella capital, con los que te portaste según costumbre. En Zamora don Francisco Morán López, puede informar.

Francisco Alfonso.
Heraldo de Zamora, 19/10/1911

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