jueves, 29 de diciembre de 2011

CONTESTANDO A ESE III

Día, tras día, El Heraldo de Zamora y El Correo de Zamora prosiguen en su larga polémica.

En la última contrarréplica, El Correo afirma que El Heraldo se dedica a injuriar a personas ajenas al conflicto, en referencia a las personalidades carlistas aludidas en el artículo “Contestando a ese II” del día anterior.

Heraldo de Zamora, 21/10/1911
En este sentido, El Correo manifiesta que dicha conducta sería similar a que ellos criticaran a Federico Requejo, notable político liberal, nacido en Zamora el 19 de mayo de 1845 y fallecido el 3 de junio de 1915 y que ocupó numerosos cargos a lo largo de su carrera política: concejal del Ayuntamiento de Zamora, Alcalde, Director de Propiedades, subsecretario de instrucción pública, de hacienda, de gobernación, director de Obras Públicas, Gobernador civil de Madrid, Ministro del Tribunal de Cuentas, Presidente de este mismo Tribunal y senador por derecho propio.

Heraldo de Zamora, 19/10/1911
Fue impulsor del nacimiento del Heraldo de Zamora, como jefe del partido liberal en la provincia.

Por otro lado, El Correo insiste en censurar la labor como funcionario de Enrique Calamita, propietario del Heraldo, instándole a que solicite su jubilación o excedencia, ya que no cumple con su deber.


CONTESTANDO A ESE
III


El Correo de Zamora que no sabe como justificar su actitud grosera y constantemente provocadora, contra nosotros, afirma ayer que injuriamos a personas que no tienen nada que ver en el asunto; es -dice -igual que, si nosotros con el mismo motivo nos metiéramos con don Federico Requejo.

La salida es como de El Correo; de pie de banco. Y a nosotros no nos sorprende; porque acostumbrados nos tiene a ver en sus columnas insultos a personas que jamás le dieron motivo Pero ya que alude a don Federico Requejo, recalcando que es amigo nuestro, hemos de manifestarle que, ya se cuidará muy mucho Constancio de no decir ni pío de este señor, en tono de molestia para el mismo. Por muchas razones, entre otras por éstas:

Primera: Porque no merece de los zamoranos, hasta el presente, más que gratitud.
Segunda: Porque aquí estamos nosotros para contestar a tus insolencias aplicando la ley de Talión; y que conste que nos hacen falta lo menos seis carlistas de la talla del sector Chaves, para compensar los ataques de ese papel a don Federico.
Tercera: Porque el partido carlista, y otras personas van muy a gusto en el macho y no te lo tolerarán.
Cuarta y última: Porque las piedras se levantarían contra ti, y es seguro que hasta la pértiga de algún empleado de la S.I. C. haría blanco en tus narices.
De suerte, que prudencia Constancio

***

Heraldo de Zamora, 21/10/1911
En lo que si estamos conformes contigo es, en eso de las jubilaciones y excedencias. Dices muy bien que el Estado necesita funcionarios que sepan, quieran y puedan cumplir con su deber. El caso a que aludes, el interesado lo ha estimado de conciencia, y dispuesto a complacerte y siguiendo tu ejemplo, lo ha sometido a consulta.

Parece que la resolución es contraria a tus deseos, y los considerandos son justificadísimos a nuestro juicio:

1º. Ni la edad, ni las circunstancias de capacidad que concurren en este delineante, justificarían una determinación suya en tal sentido; resultando, únicamente, un acto de quijotismo que la más rudimentaria idea de sentido común aconseja rechazar. Además, no se debe nunca complacer a los enemigos.

2º. Por otra parte, en la consulta se tiene en cuenta también el país en que vinimos, y lo mucho que abundan en todos los órdenes, y en las categorías de funcionarios del Estado, especialmente de 5.000 pesetas para arriba, en que se se halla éste, los que, por su edad, achaques y circunstancias especiales, resultan verdaderos parásitos del Erario; inútiles para todo servicio: observándose, frecuentemente, que en muchos casos, es preferible para el interés público, el más absoluto reposo de aquellos y que se coman tranquilamente el sueldo, por pingüe que sea, sin hacer nada; a que pongan mano en los negocios públicos, pues su gestión suele resultar más dañina que la peste, no sólo perjudicial a los mismos negocios, sino también lesiva para terceras personas, que con su concurso cooperan a la labor social.
El Delineante de Obras públicas no se halla en este caso.

El Correo de Zamora puede seguir tirándonos de la lengua, que acaso con ello el público gane; pues estamos dispuestos a dar a conocer a éste, una serie de tipos perjudiciales y perversos existentes en la fauna social.

Para terminar; tus buenos deseos respecto a la salud del propietario de este periódico, todos los agradecemos en esta casa, y por ello te damos las gracias.

El interesado, hoy, recrudecidas sus dolencias por los disgustos que le propinas y el tiempo lluvioso, se vio obligado a quedarse en casa. Te lo advertimos por si quieres llevar el alta y la baja.


Heraldo de Zamora, 21/10/1911

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