jueves, 29 de septiembre de 2011

ULTIMADO EL PROGRAMA DE LA NOVILLADA BENÉFICA

La celebración de una novillada benéfica el día de la Ascensión por parte de la Asociación de empleados del Ferrocarril, ocupa, como la ha hecho los últimos días, la columna de Caireles y Pitones, en los principios de mayo de 1911 de El Heraldo de Zamora.


CAIRELES Y PITONES

En poder del revistero obra ya el programa ultimado de la gran novillada que los empleados del ferrocarril han organizado para el día de la Ascensión a beneficio de la Sociedad general de empleados y obreros de los ferrocarriles de España.
En breve pedirán permiso al señor gobernador civil y circularán los programas anunciadores del espectáculo.
El ganado que ha de lidiarse pertenece a la ganadería de don Eloy L. de Clairac, del campo de Salamanca, cuatro magníficos utreros, bastante adelantaditos, con 18 a 20 arrobas de paso y bien puestos de cornamenta, para Pedro Pavesio, Formalito, que los despachará, según sus propósitos, de cuatro soberbias estocadas, de esas que hasta los dátiles salen mojados.
Formalito, que es buen muchacho, trabajará esa día con entusiasmo en busca de cartel y mayores simpatías da las que ya cuenta en Zamora y en provincia.
De sobresaliente viene un chico madrileño llamado Teófilo Antón, Tahonerito, y de banderilleros Antonio Castilla, Rafael Espejo, Cuco, Fernando García y Adrián Rodríguez, Fresquito, cuatro peones de brega capaces de correr y banderillear en un solo día los toros que existen en el campo do Salamanca.
Ya conocen los lectores el programa, y ahora van a saber lo que les va a costar ver a esos simpáticos muchachos, si el santo no tienen de espalda, hacer filigranas con al capote, poner banderillas como las propias rosas y matar como lo hacían antiguamente aquellos maestros que se llamaron Chiclanero, Cúchares y Pepehillo.
La entrada general sin distinción costará una peseta diez céntimos con el timbre a cargo de la Empresa, barrera 1,75, balconcillos a 1,50 y palcos con diez entradas 21, niños y militares sin graduación 60 céntimos.
El precio es módico y hay que augurar un éxito a los ferroviarios, pues además el popular desbravador salmantino Chicarro correrá la llave, montando precioso caballo, propiedad de don Francisco Hidalgo, de Madridanos.
Por hoy no digo mas y esperemos los acontecimientos de los cuales se ocupará


Un cojo sin muleta.
(Heraldo de Zamora, 02/05/1911)

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